Las tecnologías tradicionales en muchos casos no ofrecen una solución satisfactoria a un problema específico. Además, existe una búsqueda continua para reducir los costos de producción. Los estudios a escala piloto pueden mostrar que, a pesar de los altos costos iniciales de capital, los costos operativos serían más bajos y la viabilidad general se puede probar a cierta escala de operación. Además, la tecnología supercrítica permite:
- La posibilidad de combinar una operación de extracción con columna de fraccionamiento en condiciones supercríticas para concentrar altamente los componentes bioactivos de interés.
- La posibilidad de combinar una operación de micronización/atomización/deshidratación con vaso de expansión en condiciones supercríticas/subcríticas para seguir elaborando el extracto líquido en forma de polvos secos atomizados. Así se modificará en el futuro la forma farmacológica/nutracéutica, con el fin de aumentar significativamente la biodisponibilidad y acción de los principios activos.
- La posibilidad de utilizar el material agotado como producto secundario o mejor como materia prima para otros productos debido a la ausencia de disolventes que puedan haber contaminado la materia prima.
Este es el caso de las harinas ligeras obtenidas de la extracción de ceras y aceites: el contenido proteico del producto agotado se incrementa por la sustracción de compuestos grasos, como las harinas sin grasas de las almendras. Es el caso de las ceras vegetales separadas de los compuestos.
Otras ventajas que ha demostrado la tecnología SC-CO2 en la extracción de aceites especiales son:
- estabilidad oxidativa
- composición química
- estabilidad de los componentes bioactivos mantenida durante el almacenamiento de extracción y perfil aromático aceptabilidad de dichos aceites por parte del consumidor
SC-CO2 es un disolvente no polar aprobado por la FDA (GRASP).